Y cómo fue que empezamos?

Bueno, aquí estoy,

Noche de luna llena..

dando comienzo a este “Blog” que se nos ocurrió crear para ir dejando historias, mensajes y alguna que otra ocurrencia de tantas que aveces me visitan.

Sembrando estas palabras como un tejido atemporal de lo que aún recuerdo de mi vida.

No sé donde estarán las fotos de la niña que fui en esos tiempos. Unos 8 años tal vez tendría cuando nos inscribieron en el programa musical de la fundación nacional Batuta: un programa de verdad musicalmente revolucionario (ahora lo veo) con la meta de ofrecer una educación musical a todos y todas, particularmente a personas de menos recursos quienes de otra forma no tendrían esa oportunidad.

Allí llegamos junto con mi hermana Liz, a quien le llevo un par de años. Por nuestras edades nos inscribieron en las clases de pre-orquesta. Osea los niños más pequeños o más nuevitos. Allí compartimos con muchos otros niños entre melodías de flauta dulce y flauta tenor para quienes ya tenían las manos más grandes, entre xilófonos y sistros, tamboras y maracas.

Nuestro profe Gustavo no sé cómo se las ingeniaba para montar tan un buen repertorio con tanta chinamenta llena de energía en ese salón de clases.

 

Y está foto si encontré. Esta es La Casa Luis Perú de La Croix, construida en 1765, en el pleno de centro de nuestra querida Bucaramanga, Colombia. Esta doña casona fue el epicentro de aquellas tardes divertidas.

Recuerdo que tan solo al entrar por la puerta principal nos recibían unos rosales preciosos, rosas rosadas grandes , de ese color que es como entre salmón y fucsia. Allí, siempre tranquilas con ese perfume ineludible nos daban la bienvenida al recinto.

Luego corríamos por los pasillos hacia los salones de clase, cruzando el gran patio central de la casa. Cómo jugamos en ese patio, corriendo de un lado a otro. Y sobre esos mismos ladrillos a campo abierto se organizaban las presentaciones finales de nuestros cursos.

A un lado bajo techo se montaba la tarima y su respectivo sistema de sonido y luego todo el patio era llenado con sillas rimas blancas para el público, principalmente todos los padres de familia. Y luego uno por uno subimos a la tarima: unos cuantos grupos de pre-orquesta que incluía niños y niñas de diferentes edades, luego la orquesta ( que eran los grandes) y algunas veces también se presentaba el Coro de Batuta, recién formándose y ya sonaban como ángeles.

También recuerdo que en una esquina del patio , como a un desnivel, había un gran árbol de Petrea o Machiguá también le llaman. Sus flores caían y llenaban todo el suelo pintándolo de violeta. Aveces mientras esperábamos que papá nos recogiera, nos poníamos a jugar con ellas, recogíamos tantas como nos cabían en las manos y luego nos asomábamos al viejo pozo de agua a arrojarlas una por una haciéndolas girar como bailarinas , siguiendo de cerca su viaje hasta el aterrizaje sereno en el fondo de piedra. Todavía guardo en mi recuerdo esa sensación tan deliciosa de sentir la eternidad del tiempo al percibir el efímero vuelo de una flor morada.

 

También recuerdo que un día el maestro quiso montar la obra del poema “Rin Rin Renacuajo” de Rafael Pombo. Le daba vueltas a la letra para ver como podíamos hacer la canción. Y no se bien cómo se dio pero de alguna manera le hice una sugerencia de coordinar las primeras lineas del poema con una melodía sencilla.

Pues al profe le gustó y ya como que la canción cogió rumbo. En ese momento no sentí nada especial. Pero el día de la presentación, la maestra de ceremonias anunció a nuestro grupo y las canciones que íbamos a interpretar, cuando de repente dice – ” canción Rin Rin renacuajo con arreglo de Dhyana Sophya Ramírez…

Oh Por Dios… ese instante!

yo estaba atrás , no la vi, solo escuché mi nombre y empecé a caminar para subir a la tarima con todo el grupo.

Bueno, y ahora que escribo esto, me pregunto , si fue por ahí que se fue asomando lo que sería mi camino de por vida…

la música , su magia, su latido.

 

Gracias padre, gracias madre, por tan grande regalo.

Gracias Fundación Batuta Santander

Gracias vida.

Que bueno ha sido recordar esto.

Buenas noches de Junio.

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